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Nada es para siempre: aprende a asumir los cambios
En la vida todo es cíclico, cada etapa o proceso tiene una fecha de caducidad. Nada es para siempre. El trabajo, los negocios, las crisis, las relaciones de parejas, las amistades, el lugar donde vives, tu forma de pensar… Todo cambia. El problema no es el cierre que debemos darle a cada etapa cuando su momento llega, sino las emociones que le otorgamos a ese proceso. Solemos asumir los finales como negativos, aterradores, tristes; cuando no se trata de otra cosa más que el fin de un ciclo para el inicio de otro. Obviamente dejar atrás lo conocido para empezar a forjar vivencias nuevas, trae consigo un tanto de nostalgia…